Una imagen , mil palabras
Si bien el tema de la violencia hacia la mujer
en la humanidad no es nada nuevo, es un tema de años y años de antecedentes,
desde hace meses este se ha percatado a ser más virilizado y hablado entre la
sociedad, y no es que sea hasta ahora que la violencia hacia la mujer se vea,
si no que hasta ahora la mujer por fin se ha quitado el miedo que cubría
nuestra boca y nos impedía hablar y gritar que necesitábamos respeto y ser
protegidas.
Cada día como mujer nos enfrentamos a
varios cambios, desde el momento de despertar y vernos al espejo y darnos
cuenta que talvez estamos un poco más acabadas que el día anterior; salimos con
el miedo de talvez no regresar y muchas veces este temor se ha convertido en
realidad, han sido miles las niñas, jóvenes, mujeres que salen de su casa como
cualquier día normal, rumbo al trabajo, escuela o simplemente a querer
divertirse y ya nunca regresan.
Pero no solo es el hecho de no estar
protegidas en las calles, si no en el de que hasta en nuestra propia casa el
lugar en donde se supone que debemos de encontrarnos más seguras corremos
riesgos; con la pandemia del COVID 19 debimos permanecer en casa por un largo
tiempo, pero ¿Quién dijo que no correríamos mayor riesgo dentro de casa que
afuera? La violencia se hizo presente,
los golpes y los malos tratos se instalaron en nuestros hogares como un
integrante más; pero gracias al gran valor que se le ha comenzado a dar a la mujer
miles de estrategias salieron a la luz para que cualquier mujer que se
encontrara en alguna situación de riesgo pudiera pedir ayuda; Solamente con el
poner un moño de color morado colgado a tu puerta, o el hacer una llamada para
“pedir comida a domicilio”
Cada vez estamos logrando más como
mujeres, estamos siendo libres, teniendo equidad, y siendo mayormente respetadas,
es por ello que me enorgullece que la persona que realizara este cuadro haya
sido no solo una estudiante de la Normal sino una mujer con mucho valor.

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